Capablanca 07 - Capablanca en San Sebastián, Chess, Chess C

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Capablanca en San Sebastián, 1912
Edward Winter
José Raúl Capablanca (see C.N.s 3442 and 3447)
A continuación presentamos la traducción de un artículo de Capablanca publicado en las páginas
3-5 de
Capablanca-Magazine
, 25 de abril 1912:
„Al comienzo de esta evaluación crítica, debo señalar que las debilidades de los jugadores,
como sus puntos fuertes, son relativas dentro del círculo al cual pertenecen, pues la
debilidad de un jugador comparado con otros participantes en el torneo ya no sería una
debilidad en el contexto de los jugadores ligeramente menos fuertes. En el ajedrez, como
en la vida, todo es relativo.
Rubinstein, que, en los tableros de ajedrez, es la gloria de Rusia, nació en Lodz en 1882, y
tiene por lo tanto 30 años. Él es sumamente perspicaz y un profundo estudioso del juego,
esto debido a que él estudia durante dos o tres horas todas las mañana, es un gran
admirador de Morphy, cuyas partidas probablemente conoce de memoria. Él es muy
observador y cuando, en San Sebastián 1911, yo me estaba divirtiendo jugando partidas
rápidas contra el Dr. Bernstein, su compatriota, siempre venía a observar el encuentro, a
menudo haciendo la observación de que yo poseía una habilidad táctica superior a la de
cualquier otro. Esta es una prueba clara de la modestia del gran experto ruso.
Rubinstein ha hecho un estudio especializado de la apertura del peón de dama, y sus
oponentes pueden estar completamente seguros de que con las Blancas iniciara con 1 d4.
Ha habido ocasiones en que ha variado, pero han sido escasas. Con las Negras casi
siempre juega la defensa francesa contra 1 e4 y ha hecho un estudio especializado de esta
apertura también.
Sus aperturas son sólidas porque juega sólo lo que ha estudiado en mayor profundidad. Su
desempeño en el medio juego es digno del gran maestro que es, también esta generalmente
aceptado que es extraordinariamente fuerte en los finales. De esto se puede deducir que el
maestro ruso es muy difícil de vencer. Para vencerlo hay que ir paso a paso y con mucho
cuidado, porque siempre está preparando trampas para su oponente.
Sus principales éxitos han sido Carlsbad de 1907, primer lugar, Ostend 1907, primer y
segundo lugar igualado con Bernstein, San Petersburgo, 1909, primer y segundo lugar
igualado con Lasker, campeón del mundo, a quien venció en su primera partida individual;
San Sebastián 1911, segundo y tercer lugar igualado con Vidmar, y, finalmente, San
Sebastián 1912, primer lugar.
Rubinstein nunca ha estado debajo del tercero lugar en un torneo internacional, lo cual es
un récord que no ha sido igualado por ningún otro jugador excepto Lasker. Hoy Rubinstein
es, en mi opinión, el más fuerte jugador europeo, junto con Lasker, quien como campeón
del mundo, tiene derecho a ser considerado como el primero.
Spielmann y Nimzowitsch, que empataron el segundo y tercer lugar, son hoy dos de los
mejores exponentes de la brillantez de la vieja escuela, de acuerdo con la teoría de la
escuela moderna. En otras palabras, a pesar de reconocer los principios solidos de la
escuela moderna, atacan con la determinación y la brillantez que caracterizó a los antiguos
jugadores. Su juego es similar en ciertos aspectos. Ambos juegan cosas que otros maestros
dejan a un lado, y las continuaciones que eligen, aunque muy brillantes, no son el resultado
de la profundidad de conocimiento que les permite ver una victoria segura, sino que se
deben a la influencia de lo que se llama “juicio posicional”. Es decir, no ven una
combinación hasta el final y no pueden estar seguros de lo que va a suceder, pero creen
que está bien y que la posición que obtendrán les dará un ataque que debe ganar de una u
otra manera, y así se embarcan en esa línea, incluso sacrificando piezas para llevar a cabo
sus planes. Algunas veces sucede que estaban equivocados y pierden, pero a veces
también, a pesar de haberse equivocado, la posición resultante es tan difícil que el
oponente no ve el camino correcto, equivoca el rumbo y pierde.
A pesar de estas similitudes, sus estilos son diferentes en aspectos importantes. Spielmann
es netamente un jugador de ataque. Nimzowitsch es un gran jugador posicional y su
destreza táctica en el medio juego es, a mi juicio, superior a la de cualquier otro
competidor en San Sebastián. Spielmann es mejor en los finales ya que el experto ruso, por
alguna razón que no puedo explicar, es débil en esta fase del juego y a veces pierde un
final difícil sin ninguna razón.
Tarrasch, el héroe de un gran número de torneos, es a los 51 años de edad, el jugador de
más edad en el torneo. Allá por 1889 sucedió que mientras Tarrasch, entonces el jugador
más fuerte en Alemania, obtenía el primer lugar en un torneo importante, el Dr. Lasker
ganaba el primer lugar en un torneo menor y conseguía el título de Maestro. En aquel
tiempo la mirada de todos estaba centrada en Tarrasch, ya que se esperaba que el fuese el
que debía luchar contra el viejo Steinitz por su título de campeón del mundo, y nadie podía
imaginar que el joven Lasker, entonces tenía sólo 20 años, sería el único en lograr lo que el
entonces famoso Tarrasch nunca pudo: disputar un match con el poderoso Wilhelm
Steinitz. Lasker venció a Steinitz por 10-5 en 1894, en un match memorable, y fue tan solo
hace cuatro años atrás que, después de lanzar fuertes argumentos, el Dr. Tarrasch se
enfrentó a su rival el Dr. Lasker en un match. En ese tiempo Tarrasch tenía una enorme
reputación. Había ganado ocho primeros premios en torneos internacionales, tres de ellos
consecutivamente con la pérdida de una sola partida. Sus opiniones sobre movimientos de
apertura, etc. eran casi infalibles para los Alemanes, que estaban de su parte y querían que
gane; Lasker era alemán de nacimiento y campeón del mundo, pero no estaban de acuerdo
con su vida en los Estados Unidos. El resultado del match fue un desastre para Tarrasch y
sus partidarios; Lasker lo venció por ocho partidas a tres con cinco tablas. El mundo del
ajedrez escribió Tarrasch fuera – "una esperanza que ha pasado", e incluso creían que él
nunca había sido tan fuerte como había afirmado, y que ahora se había descubierto que ya
no podía sobresalir en los torneos. Pero esto no es así, en los dos torneos de San Sebastián
en 1911 y 1912 su juego demostró que sigue siendo un jugador de temer y que vencerlo es
una tarea hercúlea. En 1911 quinto al séptimo lugar igualado con Nimzowitsch y
Schlechter, y este año cuarto, por delante de Marshall, Schlechter, etc. En los torneos de
primer nivel demuestra una fuerza latente muy grande.
Dr. Tarrasch ha estudiado y sigue estudiando, el juego en gran parte, y la teoría moderna
han avanzado bajo su impulso. A veces juega los primeros 15 movimientos de una partida
a gran velocidad, lo cual en un jugador tan tranquilo y reflexivo como él, es prueba
evidente que todo ha sido estudiado y preparado. Contra mí en San Sebastián 1911 hizo
sus primeros 16 movimientos en tres minutos. Su estilo se caracteriza por la solidez, trata
de construir un muro de acero y deja a su oponente chocar contra el. Él hará grandes
esfuerzos para obtener o mantener un peón, y esto a menudo cuesta al juego. Finalmente,
aunque esto no tiene que ver con el ajedrez, sino más bien el carácter personal del
ajedrecista, el Dr. Tarrasch es un gran admirador de la música y de la belleza femenina.‟
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